lunes, 28 de marzo de 2011

Danzas españolas (Tercera Evaluación)

Para nuestro penúltimo trabajo de este curso (al fin), hemos estado pensando y pensando para poder encontrar algún tema interesante. Por desgracia, no lo hemos encontrado, así que hemos decidido hacerlo sobre las danzas españolas, tal y como podemos ver en el título. Como definición de "danza", podríamos decir que es la ejecución de movimientos al ritmo de la música para expresar sentimientos y emociones. La danza fue una de las primeras manifestaciones artísticas de la historia de la humanidad y no es de extrañar, porque ya de pequeños nos gusta movernos al ritmo de la música. Todos hemos visto alguna vez a algún bebé "bailando" cuando tocamos las palmas, cuando encendemos la tele, o incluso cuando suena un teléfono móvil. Lógicamente, la danza es algo mucho más complejo que el simple movimiento de un bebé y requiere años de práctica y entrenamiento. Ya sea por su superioridad numérica o por su calidad artística, la danza española es una de las pocas que sobreviven en cualquier rincón. Sólo en España es posible todavía sorprenderse con el florecimiento espontáneo de una improvisación, la necesidad de moverse de un modo natural y al ritmo de las castañuelas, de un pandero, de una guitarra o del simple palmoteo.
Ya en época romana, la danza en la península era un arte que ni los poetas de aquel tiempo podían describir debido a la falta de expresiones idóneas. Poco a poco, nuestro baile ha ido evolucionando, pasando por la influencia morisca, árabe, y por último, gitana. En el siglo XV se hacía una distinción entre los diversos géneros de baile: las danzas, graves y mesuradas, que cayeron el desuso y los bailes, de movimientos más libres y desenvueltos que todavía se practican como el fandango, el bolero y las seguidillas. En el siglo XVIII el fandango era la danza nacional por excelencia. Entre todas las danzas de origen morisco, la zambra es la que más evoca el pasado, ya que los árabes, después de la Reconquista española, la conservaron adaptándola a las costumbres de los vencedores. Cuando ya la danza española se había internacionalizado, se puso de moda el ``gitanismo'', gracias a la interpretación del ballet de Falla, el sombrero de tres picos, que realizaba Massine, el cual había estudiado expresamente el estilo flamenco en contacto directo con los gitanos. El estilo flamenco es un modo de expresarse que deriva del remedo cáustico que los soldados españoles hacían de los flamentos, al regresar a su patria procedentes de Flandes. Posiblemente haya en España un millar de danzas o bailes distintos. Sólo en Cataluña se bailaban hace cien años más de dos centenares. En la región del Panadés, por ejemplo, llegó a recoger un erudito veinticinco bailes diferentes. Sabemos que el baile ha sido desde la Edad de Piedra un signo representativo del grado de cultura o civilización de un pueblo. Los hombres han expresado a través de sus danzas sus sentimientos religiosos, sus costumbres sociales y políticas, sus afanes agrícolas y guerreros, sus amores y pasiones, sus emociones nobles y felices. La más antigua representación de hombres entregados a la danza que ha aparecido en Europa está en las pinturas rupestres de la cueva de Cogull, en la provincia de Lérida. Parece evidente que estas pinturas y otras aparecidas en la misma comarca pertenecen a los primeros tiempos del Neolítico, lo cual da a tales danzas una antigüedad impresionante. Resulta curioso observar cómo, en líneas generales, las danzas del mundo oriental son femeninas, mientras que las del mundo occidental tienen un indudable signo masculino. En Asturias y Galicia los bailes populares se acompañan con tamboril y gaita. En Andalucía, con castañuelas. En Vizcaya, con pandero y txistu. En Valencia, con dulzaina. En cataluña, con la cobla, orquesta elemental con tiples, tenores, flaviol y tamboril. Y en gran parte de España, con la guitarra, instrumento nacional, con categoría de universalidad. Como ya hemos mencionado antes, es muy difícil concretar un número exacto acerca de la cantidad de danzas existentes en España debido a la gran variedad artística de cada región. Por lo tanto, nos centraremos en Andalucía, haciendo un breve resumen del resto de comunidades auntónomas:

ANDALUCÍA es el gran enigma, la esfinge que sorprende a los poetas, que enloquece a los pintores, que martiriza a los músicos, incapaces todos y cada uno de interpretarla a fondo. Y toda ella está en sus danzas....


SEVILLANAS Las sevillanas se cantan y se bailan. Su copla es una seguidilla que quiere expresar en su temario todo cuanto de alegre, bonito y bueno puede ofrecer la Andalucía del Guadalquivir a la imaginación de los poetas. Cante y baile propios de ferias y romerías, que casi exige un paisaje con jacas enjaezadas, mujeres ataviadas con el vestido de faralaes, hombres con chaquetilla corta y calzón de montar. Las más famosas son las que se cantan y bailan en Sevilla y Córdoba, Málaga y Lucena, Montilla y El Alosno.


ALEGRÍAS (Cádiz) El cante y el baile por alegrías son pilares fundamentales del folklore gaditano. Es curioso lo dicho por Rodríguez Marín, según el cual, entre las alegrías y las muñeiras, hay cierta semejanza. En su temática, las coplas son siempre alegres, festivas, piropos llenos de gracia. No es un baile gitano, pero los gitanos le ponen una gracia especial, un duende, un toque de luz.


"EL ROBAO" (Fandango de Baza-Granada) Es un fandango barroco característico de la comarca de Baza, la noche anterior al día del baile acuden a la ciudad los vecinos de los pueblos inmediatos, alumbrándose con candelas. "El robao" se acompaña con guitarras y bandurrias, y la indumentaria de los danzantes -mujeres y hombres- es de una extrordinaria riqueza plástica.


JOTILLA DE VILLANUEVA DE CORDOBA Son muchos los que creen que la jota no es más que un fandango, con raíces en antiguos bailes gitanos no andaluces. Por eso, quizás, no hay jotas en Andalucía "flamenca" y las hay en Aragón y en Valencia, en Cataluña y Navarra, en Baleares y en Extremadura...


VERDIALES VELEÑOS (Málaga) En la noche de Vélez-Málaga, cuando el nuevo amanecer ha de traer la alegría de la fetividad de Nuestra Señora de la Victoria, los verdiales veleños sirven de enlace y de compás entre la popular algazara del fin de la vendimia y la también popular devoción a la Virgen María.


PAÍS VASCO Los caminos y las poblaciones tienen la constante nostalgia de una sonata épica de don Ramón del Valle Inclán. Todo el folklore vasco es como un arcoiris que recogiese en la música, la canción y la danza las grandes virtudes de un pueblo tan singular. (ROMERÍA VASCA, SAN MIGUEL DE ARRETXINAGA Y ARIÑ ARIÑ)





GALICIA Durante siglos, Santiago de Compostela ha sido vértice de un triángulo que asentaba su base en Jerusalén y Roma. Por eso toda Galicia está cruzada de caminos de peregrinación, que han sido pisados por gente llegada de todos los confines del mundo. La tierra gallega tiene huellas de las cabalgadas celtas, de la administración romana, de las devastaciones bárbaras, de suevos, visigodos, árabes, napoleones. Y de todo hay eco en la música, la danza y la canción gallegas.(MUIÑEIRA MARIÑANA Y DANZA DE DAMA Y GALANES)


CANARIAS En todos los rincones del archipiélago hay alguien que canta, baila o toca la guitarra, el timple, el guitarrillo. El canario tiene una especial sensibilidad para la melodía, para el ritmo, para la canción y el baile. El guanche primitivo, el español que llegó luego, la inminencia de América a partir del descubrimiento y la conquista, todos tienen en el folklore canario un eco, un recuerdo, una nostalgia. (ISAS CANARIAS, DANZA ANTIGUA DE HERMIGUA Y TANGO HERREÑO



BALEARES Negrita Desde siempre, el archipiélago ha sido considerado como islas de los pinos (Ibiza y Formentera), las "pithiusas" griegas, y las "gimnesias" o islas de los hombres desnudos (Mallorca y Menorca). Hoy la fama de estas islas es universal. Junto a todas sus bellezas, que son innumerables, tiene un lugar destacado su folklore, con sabor de viejas danzas ancestrales, de ritos milenarios, de inquietantes interpretaciones del amor y de la muerte. Sencilla y bella es la indumentaria de las mujeres baleares, y como un símbolo mediterráneo, la guitarra está presente en las fiestas y las romerías. (BOLERO VIEJO O PARADO, S’A LLARGA Y S’A CURTA Y S’ESCANDALARI)


CASTILLA - LA MANCHA (DANZANTES Y PECADOS, DANZA DEL PALOTEO Y EL CORDÓN A LA VIRGEN DE LA PIEDAD, DANZA DEL CORDÓN, DE LA CARRERA Y DEL PALOTEO AL CRISTO DE LA VIGA Y DANZA DE LOS DIABLOS EN HUETE)




EXTREMADURA Todo el folklore extremeño hay que verlo en función de una circunstancia que justifica su variedad: la existencia de tres Extremaduras, la Alta, la Central y la Meridional. Aquélla cruzada por los valles de Plasencia, de la Vera, de Gata, de Eljas y de Val de Arrago, con las Hurdes. La Central con las sierras de Guadalupe, de Montánchez y de San Pedro, el Tajo y las comarcas de las Villuercas, la Siberia extremeña y los bosques de robles, encinas y alcornoques. La Meridional, al sur del Guadiana, con los valles de La Serena, la tierra de Barros, las llanuras y sus rebaños trashumantes. Corona de toda Extremadura, el Monasterio de Guadalupe, hispánicamente universal. Hay por todo ello un sabor bucólico, pastoril, montaraz en determinadas danzas y canciones populares, mientras en otras el ritmo y hasta la indumentaria de hombres y mujeres tienen un indudable matiz de fiesta campesina tradicional, al pie de la era, del camino o de la viña. (DANZAS DE MONTEHERMOSO Y BAILE DEL CANDIL)

ARAGÓN En todas partes, de arriba hasta abajo, desde la huerta a la montaña pelada, donde quiera haya un aragonés, mejor dicho, un aragonés y una aragonesa, allí está la jota, la copla y el baile, la guitarra y las castañuelas, la gracia, la reciedumbre, la fortaleza espiritual y física de Aragón, alegría de España. (LA JOTA)



CANTABRIA (ROMANCE DEL CONDE DE LARA)




CATALUÑA La tierra catalana refleja en su folklore tanto la unidad como la variedad. Desde la Costa Brava, por ejemplo, hasta la Sierra de Cadí hay más de dos mil quinientos metros de diferencia en altura, y el paisaje arriba es por supuesto muy diferente del paisaje mediterráneo, y también son diferentes los bailes y las canciones. Como son distintas en la montaña y en las llanuras hermosas y fértiles del Panadés, Vich o el Ampurdán. Dicen los especialistas que todo el folklore catalán tiene un denominador común: su origen cortesano, culto. Y el instrumental: la cobla, conjunto musical con sus tenoras y su flaviol. Hay en las danzas catalanas un tono general de galanteria y una belleza suave y luminosa, que se acrecienta con el bello colorido de la indumentaria, especialmente la femenina. (LA SARDANA, LA MOIXIGANGA Y JOTA FOGUEADA) ASTURIAS No es la misma una fiesta popular en Castropol, Navia, Luarca o Pravia, que en Peña Vieja y en Naranco de Bulnes, ni en Llanes, Villaviciosa o Avilés, y las aldeas lejanas donde los campesinos todavia se hablan de amor en una lengua venerable: el bable. Dicen los folkloristas que en Asturias se hallan más danzas y canciones de indudable origen en primitivas canciones y danzas que en otras regiones españolas, acaso porque los puertos de montaña hallan sido durante siglos una barrera infranqueable y defensora contra novedades y mixtificaciones. (EL CORRI-CORRI Y EL PERICOTE)


MURCIA (Querida por todos) Todo el folklore murciano, especialmente las danzas y las canciones, tienen el brillo, la luz y la alegría del ambiente geográfico y del humano carácter de la provincia. Por supuesto, la Comunidad Valenciana, Castilla - La Mancha y Andalucía, que se tocan con Murcia, han influido en sus danzas y en sus canciones, pero por la misma razón, Murcia ha influido en las de las comarcas vecinas. Es curioso que los andaluces vean andalucismo en el folklore murciano, y los castellanos vean algo familiar en los bailes, y los valencianos sientan llamadas cordiales cuando escuchan las canciones de Murcia. Y es que la tierra murciana tiene el poder, a veces asombroso por lo eficaz e ineludible, de conservar algunas de las más bellas y tradicionales virtudes de los viejos reinos musulmanes peninsulares.(LA PARRANDA)


COMUNIDAD VALENCIANA Siglos de dominación musulmana han dejado sus huellas en el folklore valenciano, en particular en la indumentaria de sus músicos y danzarines, rica y de sin par belleza. Litoral abierto desde siempre a todas las culturas que en la Península tuvieron asiento procedentes del Mediterráneo. Griegos y romanos también dejaron sus huellas en las danzas y las canciones valencianas, todas ellas sugestivas, armoniosas y elegantes. Todas las danzas tienen cierto aire de majestad y dulzura, que contrasta a veces con la pompa rítmica e instrumental de sus coplas. (EL UNO Y EL DOS Y JOTA DE JIJONA)

NAVARRA El folklore tiene todas las características de la raza eúskara, durante siglos viviendo en las montañas dedicada al pastoreo y en las industrias derivadas de la agricultura. Encuentran los especialistas indudables influencias folkóricas riojanas, aragonesas y vascas, aunque la recia personalidad de los navarros ha asimilado todo de tal manera que ha creado un folklore propio, lleno de belleza y de fuerza expresiva. Su situación fronteriza, cara siempre a todas las invasiones que por el Pirineo se realizaron o se intentaron, no deja de reflejarse también en sus danzas y en sus coplas. (TXUN-TXUN DE USTARROZ Y DANZA DE LAS MANZANAS)

CASTILLA Y LEÓN (DANZA DE LA ROSCA, BOLERO DE ALGODRE, LA PEREGRINA, BAILE DEL CÁNTARO, JOTA DE LA PIÑA Y DANZA DE LA ROMERÍA DE SANTO TORIBIO)





Aquí concluye nuestro interesantísimo y maravilloso trabajo sobre los tipos de danza que podemos encontrar en cada región española. Esperamos que no haya sido muy aburrido de leer, ya que a nosotras si que nos ha resultado aburrido escribirlo.


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Información sacada de:


http://www.artelatino.com/articulos/danza.asp


http://www.carmendevicente.com/sp-dance.html


http://www.mflor.mx/


Trabajo realizado por Alejandra Pastrana Sánchez y Cristina Trujillano Marín




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